"El teatro es un
arma eficaz que puede servir de liberación si se sabe utilizar de forma
adecuada." (Augusto Boal).
En
el mundo de la enseñanza con frecuencia se considera al teatro como una
herramienta útil para transmitir conocimientos, perder la timidez o divertir
durante las fiestas escolares.
Sin
embargo, cuando se reúnen las posibilidades pedagógicas que ofrece con los
objetivos de la educación social, se produce una dinámica bastante interesante
que permite a los enseñantes aprovechar una multitud de ocasiones para hacer un
teatro vivo y una enseñanza activa y participativa; porque el teatro tiene
mucho en común con los objetivos de la educación social.
Pero,
para conseguirlo, hay que favorecer que estas ocasiones se produzcan en
la escuela y formar enseñantes que tengan una formación adecuada para desarrollar
proyectos con los estudiantes.
La educación social es una forma
de educación cuya meta es desarrollar elementos esenciales de un movimiento
hacia una mejor calidad del entorno. Es un proceso permanente en que
el individuo y la colectividad toman conciencia de su entorno y adquieren
conocimientos, valores, competencias, experiencia y voluntad que les permitirá
actuar individual o colectivamente para resolver problemas actuales o futuros
re la ti vos al entorno (UNESCO,1987).
La educación social es una
educación permanente que hace hincapié en objetivos tanto cognitivos como
afectivos o de comportamiento. Ese proceso permanente tiene como objetivo
global desarrollar, con los individuos o grupos sociales, un saber ser que
favorezca la optimización de su relación con el entorno de vida, igualmente un
saber y un saber-actuar que les permita implicarse como individuo o como
colectivo, a corto o largo tiempo, en acciones que ayuden a preservar,
restaurar o mejorar la calidad del patrimonio común necesario en la vida y a la
calidad de la vida (Sauvé, 1992).
Los
objetivos que queremos alcanzar son los mismos que los de la "Charte de
Belgrade" en 1975, es decir, ayudar al individuo y al grupo a:
1.Tomar conciencia de su entorno global y sensibilizarse con los problemas que
están relacionados con él.
2.Adquirir una comprensión fundamental del entorno global, de la presencia de la
humanidad en este entorno, de la responsabilidad y del rol crítico que le
incumba.
3.Adquirir va lores sociales, interés por el entorno social, motivación para
participar activamente en la protección y la mejora del entorno.
4.Adquirir competencias necesarias para la solución de los problemas.
5.Evaluar los recursos educativos, sociales y estéticos.
Para
que la educación social implique la sensibilización en la calidad estética de
los ámbitos de vida, las orientaciones metodológicas tendrán en cuenta el
desarrollo de la competencia estética para permitir identificar criterios de calidad
en este nivel y para poder participar en la creación o en la transformación de
sitios agradables, sanos y funcionales para vivir.
Los
ejercicios se centrarán en el desarrollo de habilidades de comunicación:
saber
transmitir un mensaje, saber escuchar, saber dialogar, negociar, convencer;
porque son aspectos importantes en la educación social.
El
contenido de los talleres de teatro y educación teatral se tienen que fundar en
una enseñanza que tenga en cuenta:
-
la pedagogía de base,
-
la orientación comunitaria,
-
la experiencia concreta, directa,
- la
explotación de las posibilidades espacio-temporales,
- la interdisciplinariedad,
- el trabajo en grupo.
Para
alcanzar los objetivos y abordar los contenidos de una forma dinámica y
creativa podemos utilizar las técnicas de expresión dramática más conocidas, es
decir:
-
expresión personal,
-
psicodrama,
-
juegos basados en la emoción y la ternura,
-
ejercicios de escritura individual y colectiva,
-
improvisaciones a partir de temas sociales.
Entre
otras, trabajar con las técnicas de: Augusto Boal, "Cycles Reperes" y
inventar las propias dependiendo de las necesidades del grupo-clase.
Conclusión
El
teatro, el arte dramático y la pedagogía de la expresión son herramientas educativas
básicas para la intervención en el campo de la formación. Y para las personas
en dificultad de inserción social suponen de encontrar salidas para formar
parte de la sociedad.
Porque,
cuando utilizamos estas técnicas dramáticas ponemos en marcha un proceso que
corresponde a las esperanzas de los marginales; al trabajar con ellos lo más
importante es escucharles y mirarles para permitir que se expresen. Tienen
mucho que decirnos.
Trabajando
de una forma positiva con el principio "ayúdame,
te ayudaré a ayudarte", los que intervienen en el campo de la
educación social crecen al mismo tiempo que los que participan en los talleres
de teatro.
Así
dramático el arte y la pedagogía de la expresión favorecen la mejora la sociedad.
Ñaque
Editora, 1997
Dr.
Georges Laferriere
Decano
de la Facultad de Arte
Universidad
de Québec él. Montréal